A propósito del conflicto internacional entre Nicaragua y Colombia, que no es para nada reciente, y de la pérdida en el 2012 de setenta y cinco mil kilómetros de espacio marítimo colombiano con el fallo de la Haya, ¿sabemos qué ha pasado con este conjunto de islas a través de la historia para que estén hoy bajo dominio o soberanía colombiana, para bien de unos o para mal de otros? ¿Quiénes hicieron que éstas islas se adhirieran en 1822 a la naciente república? ¿por qué razones? Estas cuestiones son las que trataré en la presente columna con el fin de que el lector se contextualice y pueda relacionar esta historia al presente.

Para empezar, tomamos como punto de partida el primer poblamiento que se conoce en el archipiélago. Este fue más o menos en el siglo XVII con los puritanos ingleses que se asentaron allí por la persecución religiosa que se estaba viviendo en Europa. Después, las islas pasaron a ser motivo de disputa entre los imperios español e inglés, mientras eran tomadas temporalmente por piratas y corsarios, como Henry Morgan. Esto sucedió, hasta finales del siglo XVIII, cuando el territorio quedó sometido al poder español, el cual estableció presencia militar.

Posteriormente, la corona española extendió sus intereses sobre estas islas. La relación pasó a ser de tipo político, ya que ésta expulsó a los colonos ingleses y envió emisarios no sólo para entablar un gobierno en las islas sino además para conocerlas y hacer registro de ellas. Fueron el Virreinato de la Nueva Granada1 y la Capitanía General de Guatemala quienes ejercieron ordenes en el territorio isleño. Sin embargo, el gobierno de las islas decidió adherirse al Virreinato de la Nueva Granada, y no a la Capitanía General de Guatemala, ya que esta no atendía las solicitudes del gobierno ni tampoco defendía adecuadamente las islas. El entonces gobernador Tomas O´Neille y los habitantes de la isla enviaron una solicitud al virrey con el fin de consolidar su adhesión a la Nueva Granada.

El gobierno de las islas decidió adherirse al Virreinato de la Nueva Granada, y no a la Capitanía General de Guatemala, ya que esta no atendía las solicitudes del gobierno ni tampoco defendía adecuadamente las islas.No obstante, esta relación entre la corona española y el archipiélago fue golpeada por los levantamientos y movimientos populares que se dieron en el Virreinato de la Nueva Granada, a causa de la crisis imperial de principios del S. XIX. El frente español que estaba en las islas fue atacado por parte de los aliados de los revolucionarios2, que prestaron ayuda al ejército patriota. Cuando la República de Colombia logró consolidarse, las islas estaban controladas por dos oficiales: Luis Perú Delacroix (general francés) y Joaquín Acosta, quienes más tarde acompañaron la adhesión del archipiélago a Colombia. Así pues, en una reunión pública que se dio el 23 de junio de 1822 en Providencia, y el 21 de julio del mismo año en San Andrés, fue proclamada la adhesión a la Constitución de Cúcuta. En el caso de Providencia, la anexión fue firmada por doce oficiales franceses y en el de San Andrés se contó con la firma de los miembros del cabildo y otros tres franceses3. Según el autor Wenceslao Cabrera, la anexión a la constitución de Cúcuta se debió a las acciones del oficial Delacroix puesto que él llevaba la misión, encomendada por Bolívar y Santander, de hacer jurar la constitución a los habitantes del archipiélago. Al parecer tal misión tenía el propósito de formalizar el dominio neogranadino sobre las islas que ya había sido estipulado en la Real Orden de 1803 y, también, hacer que estas cumplieran un papel estratégico en tiempos de guerra. Durante la ceremonia los habitantes de las islas no pusieron mayor resistencia y en ella, expone Cabrera, se leyó la carta constitucional incluyendo el exordio, se enarboló la bandera de Colombia traída desde Bogotá y, por último, los asistentes juraron fidelidad a la carta fundamental. Así, el archipiélago fue añadido como sexto cantón de la Provincia de Cartagena.

Llegado a este punto, vale la pena resaltar que las fuentes que documentan esta historia de la anexión del archipiélago a Colombia son de tipo oficial, por lo que es muy difícil conocer el papel de los isleños en este momento histórico. No obstante, cabría investigar quiénes fueron las personas –al parecer, principalmente haitianos y franceses– que firmaron la anexión, ya que a partir de esto podríamos comprender mejor qué relaciones tenían los que firmaron el acuerdo con los isleños y los gobernantes de la Gran Colombia. Tal vez, lo anterior nos llevaría a conocer las relaciones políticas que influyeron en la adhesión de las islas a la república.

Hay que decir que, para el periodo en cuestión, la historia nacional ha privilegiado la unicidad de las regiones y los grupos sociales durante el proceso independentista (como si todos hubieran estado de acuerdo con la independencia u ocupado las mismas filas). Esto oscurece la comprensión de las particularidades de la historia de Colombia, puesto que no se entienden los lugares, sujetos o procesos históricos dentro de sus contextos particulares, sino que más bien se intenta responder a la necesidad política de conformar una nación y una república. A pesar de que se suele creer que siempre han pertenecido a Colombia, la historia nos muestra que sus características corresponden en mayor medida a un marco atlántico.

A manera de conclusión, estudiar la historia de las islas nos ayuda a complejizar lo que hoy creemos sobre ellas. A pesar de que se suele creer que siempre han pertenecido a Colombia, la historia nos muestra que sus características corresponden en mayor medida a un marco atlántico. Su posición geográfica como los intereses de las distintas partes que estuvieron allí involucradas, configuraron unas particularidades culturales, sociales y económicas que no se encuentran en ningún otro lugar del territorio nacional. El archipiélago fue un territorio dinámico y sujeto a cambios debido a la influencia de numerosos actores sociales como los indios misquitos, los jamaiquinos, los africanos, entre otros que ya he mencionado. Basta mirar el presente de estas islas en el que domina la religión protestante y bautista, el idioma creole y unas costumbres arraigadas en el contexto anglocaribeño.

Estas cuestiones cobran relevancia con el reciente fallo de la Haya. Es evidente el malestar generalizado que este generó en los colombianos, sin embargo, cabría preguntarnos las razones de dicho malestar. Desde mi perspectiva considero que para los colombianos esto significo más un tema de orgullo patriótico y sentimiento nacionalista; mientras que para los isleños se trató de un tema de seguridad alimentaria, de soberanía territorial, pero más sensible aún, de la relación histórica que esta población tiene con el mar.

http://blogdebanderas.com/2012/11/20/mi-primera-noche-en-un-pais-mas-pequeno-colombia-y-la-perdida-del-40-de-sus-aguas-en-el-caribe/

Ilustración 1, mapa esquemático según los límites marítimos según el fallo de 2012. Tomada del blog de banderas, una mirada al mundo. http://blogdebanderas.com/2012/11/20/mi-primera-noche-en-un-pais-mas-pequeno-colombia-y-la-perdida-del-40-de-sus-aguas-en-el-caribe/

Bibliografía

  • Ortiz, Wenceslao Cabrera. “San Andrés y Providencia- Historia.” Docslide. 1980. http://documents.tips/documents/cabrera-ortiz-wenceslao-san-andres-y-providencia-historia.html (último acceso: 18 de 01 de 2017).
  • Parsons, James Jerome. 1964. San Andrés y Providencia: una geografía histórica de las Islas Colombianas del Mar Caribe Colombiano. n.p.: Bogotá: Banco de la República, c1964., 1964. Catálogo de la Universidad de los Andes, EBSCOhost (accessed January 18, 2017).
  • Reverend, Alejandro Próspero. Una mirada intima al libertador en los dos últimos años de su vida pública 1828-1830. Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2008.

 

  1. Para 1789 Cartagena concede a San Andrés la categoría de “Puerto menor” así como la exención de impuestos de exportación e importación. Sin embargo, las islas tuvieron constantes problemas de comunicación con Cartagena hasta el punto de que está no recogía los productos a exportar.
  2. Un aliado de los revolucionarios fue el francés Louis Michel Aury que, durante su estadía en las islas, a mediados de 1818, instauró bases fortificadas desde las cuales se efectuaban incursiones bajo la bandera azul y blanca de las repúblicas aliadas de Buenos Aires y Chile. Repetidas veces Luis Aury prestó ayuda a las fuerzas revolucionarias. Una vez tuvo listo un ejército de 800 hombres y catorce barcos esperando órdenes que nunca llegaron.
  3. En Mangles (Islas Corn) también ocurrió este mismo proceso, pero con el Sargento Mayor Ogle May y un miembro del cabildo de San Andrés. Ellos a solicitud de Delacroix y del coronel Faiquere cumplieron con su misión, informándoles que los habitantes habían aceptado la constitución.